Eduardo Marcos Rueda
Además de las propuestas generales del Plan
Económico presentado por el presidente electo, Pedro Pablo Kuczynski, en
materia de Seguridad Social (“Reforma del Sistema de Pensiones” y la
“Universalización del Seguro de Salud”), se plantean muchas interrogantes concretas,
para los próximos años.
EN
PENSIONES
En un diario chileno, PPK ha anunciado que
propondrá una reforma “integral” del sistema de pensiones, sin derogar las leyes
de retiro de los fondos. Al referirse a Reforma habría que determinar qué tipo
de cambios pueden ser: volver a la situación anterior, estructurales o paramétricos.
Las estructurales, dentro de las cuales
estaría la modificación del actual sistema general por otro de pilares (o multipilares),
en alguna de sus modalidades: sistema público básico, sistema privado
voluntario, sistema público no contributivo, etc. Parece que no se ha considerado.
Según declaraciones del propio PPK y de su
inminente Ministro de Economía, las reformas serían paramétricas, es decir,
cambios dentro del actual sistema. Y dentro de ellas, ¿se aplicarán
íntegramente las reformas del Sistema Privado de 2012 (¿Directores
independientes, recaudación centralizada por otras entidades, continuación de
licitaciones, transparencia en la información, las MYPES, etc.)?
Se mantendrían entonces el sistema actual con
algunos cambios, por ejemplo, pensión mínima para ambos sistemas y mejor que la
actual de 415 soles mensuales, que se elimine el requisito de los 20 años para
tener derecho a pensión en el Sistema Nacional (¿sin desaparecerlo?), que el
Estado reconozca la contribución pública, bajar las comisiones con mayor
competencia y con más AFP, ampliar la base de afiliados en las AFP, sacarlas de
la SBS, proponer otras modalidades de ahorro.
Salvo que ellos, en conjunto, formen parte de
un nuevo sistema multipilares, estamos ante el mismo camino, con algunas variantes.
Pero, además, en la campaña anunció un
posible aumento de las pensiones de los afiliados
a la Caja de Pensiones Militar-Policial y de los maestros. ¿Volver a la
renovabilidad automática (cédula viva) de las pensiones? Es difícil. La “carga”
para el Estado de estos reajustes automáticos y el costo de transición del
sistema público al privado (que ya tiene más de 20 años), es alta. Los
oficiales y sub oficiales pensionistas han solicitado que se respete el anterior
Decreto Ley 19846.
Finalmente, podría imitarse lo sucedido en
Chile de convocar, desde la presidencia de la República, a una Comisión de
expertos para analizar la situación y plantear nuevas reformas.
EN
SALUD
Se ha indicado que el objetivo es la
universalización. Esta generalidad tendrá, seguramente, que realizarse entre el
Sistema Integral de Salud, SIS (Ministerio de Salud), Seguro Social de Salud (EsSalud) y algunos otros sectores. Recuérdese
que nuestro sistema de salud comprende no sólo a esas entidades sino también los
servicios de las Fuerzas Armadas, Policía Nacional, sector privado y el de las
Municipalidades.
La presidenta actual de Essalud ha anunciado
el déficit que recibirá la nueva gestión, producto de un conjunto de medidas
erradas como la exoneración del aporte en las gratificaciones, el menor aporte
del sector agricultura, el del sistema CAS, el bajo porcentaje de los
pensionistas que retiran su dinero de las AFP, etc. ¿Se hará algo por evitar un
posible desequilibrio?
¿Se ampliarán las asociaciones público-privadas?
¿Se continuará con la opción EPS para los asegurados de mayores recursos que –la
verdad sea dicha- no ha tenido la acogida suficiente debido a los costos que no
todos pueden pagar?
NO
CONTRIBUTIVOS
También debe estar en agenda el sistema no
contributivo (Pensión 65, Juntos) para ampliarlo en cuanto a su cobertura y a
sus montos.
CONCLUSIÓN
Hay muchos temas pendientes: bonos de
reconocimiento, mejores pensiones, ampliación de cobertura, creación de una AFP
estatal, aportes en EsSalud, independientes, etc.
Otro asunto importante es el diálogo social,
pero verdadero, y escuchar no sólo a expertos sino a los propios trabajadores,
empleadores y pensionistas, tal como se hace en países como Uruguay, para
tratar de consensuar las decisiones. .
¿Será la Seguridad Social la verdadera protección
social, para los trabajadores? ¿Continuará siendo un pilar de la economía
general? ¿Será parte de un programa general de disminución de la pobreza? Esperemos
que la conducción del nuevo Gobierno, transite el camino de la protección social,
de acuerdo a lo venimos insistiendo, al margen de intereses políticos o
económicos. Que los economistas, que son quienes ahora deciden la mayoría de
las acciones gubernamentales, se pongan por un momento la mano al pecho.
Lima,
julio 3 de 2016
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