LA RENTA BÁSICA EN ESPAÑA
Eduardo Marcos Rueda
Uno de los temas de protección social que se
viene debatiendo en España es la implantación de la Renta Básica, como un apoyo
económico a las personas que no tienen recursos para su subsistencia y, por tanto,
para evitar la elevación de los niveles de pobreza.
Los problemas económicos del país y el
desempleo han llevado a pensar seriamente en su implantación. Sin embargo, como
muchos se pueden imaginar, los principales problemas –y objeciones- son el
monto a pagar y el financiamiento.
Se ha propuesto 426 euros mensuales para las
familias sin recursos. El gobierno ha considerado que no es factible atender el
costo.
RENTA
BÁSICA UNIVERSAL
Pero, el debate ha ido más allá. Ha ido a la
implantación de la renta básica universal o incondicional. Es decir, para todos
los ciudadanos, sin ningún condicionamiento económico o laboral. Su fundamento
es el concepto de ciudadanía social y su protección general frente a posibles
contingencias como el desempleo, precariedad laboral, vulnerabilidad frente a
la pobreza o desigualdades sociales. Todo ello, principalmente, por causas de
adelantos tecnológicos (futura automatización de la fuerza laboral) o sistemas
económicos.
Y todos la cobrarían. Pobre y ricos. Sustituiría
a otros subsidios como el desempleo, ayuda por vivienda, etc. lo cual podría
significa hasta un ahorro para el Estado, comparativamente. Y ni siquiera sería
necesario solicitarla, lo cual significaría un ahorro administrativo. Daniel Raventós, expositor en la Jornada sobre
el tema llevada a cabo en la Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla, ahora en
diciembre, considera que se trata de una medida “racional y justa” y
perfectamente viable desde el punto de vista financiero, mediante la implantación
de determinados impuestos.
Se considera también que es una medida contra
la pobreza y la desigualdad, que, a futuro, también son situaciones de costo
para el Estado.
Frente a la objeción que se hace en el sentido
de que nadie trabajaría, las encuestas están demostrando que la mayoría de
quienes recibirían la renta básica no dejarían de trabajar. Aún así, debe
tenerse en consideración que no existe necesariamente trabajo para todos y gran
parte de ellos son precarios. Hoy en día, el empleo ya no es el único medio de
subsistencia y la robotización del trabajo avanza rápidamente (aplicación móvil
para taxis, cirugía robótica, sustitución de agencias de turismo por internet,
máquinas de construcción civil etc.)
El hecho de otorgarla también a los ricos –otra
objeción- significaría un mayor ingreso para ellos pero, a la vez, un mayor pago
en sus impuestos; por tanto, generaría una mejor redistribución de ingresos al sistema
fiscal, entre los habitantes de un país.
Similares propuestas se vienen presentando en
otros países desarrollados como un adelanto a los cambios que se pueden
presentar, falta de empleo o avance de la pobreza y la desigualdad. Y todo
ello, dentro del esquema de determinados principios de Seguridad Social como la
universalidad, solidaridad, integridad, tendientes al mayor concepto de
Protección Social.
Sevilla,
diciembre de 2017
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